Todos sabemos que, en este último año, los procesos de digitalización se han acelerado mucho, sobre todo por una cuestión de necesidad. La transformación digital ha sido un elemento clave para aquellos negocios que no querían desaparecer, pero no hay que negar que integrarla es todo un desafío. ¡La transformación digital no está carente de errores!
Digitalizarse ha pasado de ser un arma potente con la que distinguirse de la competencia, a algo prácticamente imprescindible. Pero, lo que muchas veces no se dice, es que va más allá de solamente implementar tecnología. Y es que el enfoque debe alinear tanto estrategia como modelo de negocio y cultura organizacional. Es con estos tres factores que se podrá percibir una evolución real en los negocios.
Es por eso que, en el artículo de hoy, nos centraremos en los fallos más comunes que las compañías suelen cometer a la hora de poner en marcha su “plan digital”.
¿Qué incluye la transformación digital?
Antes de exponer los desaciertos más típicos, veamos cuál es la definición exacta de transformación digital y qué incluye ésta:
La transformación digital es un proceso de modificación o creación de nuevas actividades comerciales con la ayuda de tecnologías digitales. Por lo general, cubre la experiencia del cliente y la cultura de la empresa.
Normalmente, comprende:
- Automatización de procesos.
- Implementación de nuevas tecnologías.
- Incremento de la eficiencia y reducción de costes.
- Mejora de la experiencia del usuario.
- Cambio en la cultura de la empresa.
86% de las empresas en el mundo están implementando prácticas de digitalización en sus modelos de negocio. | 84% de las compañías fracasan en sus planes de transformación digital. | 80% de los fracasos están asociados con la falta de conocimiento de las personas que lideran el cambio. |
Errores comunes en el proceso de transformación digital
- No establecer una estrategia global. Se han de optimizar todos los recursos, por lo que llevar a cabo la trasformación digital en una empresa no debe ser una estrategia aislada. Debe ir siempre alineada con los objetivos de la empresa. Además, es importante analizar cuál es la situación actual del negocio y valorar cuáles son los cambios que necesita antes de lanzarse a integrar cualquier tecnología de automatización de procesos.
- Centrarse en el corto plazo. Hay que entender la transformación como un proceso gradual y a largo plazo. Poner objetivos tempranos solo conseguirá que haya frustración y que muchas de las cosas que teníamos planeadas no funcionen y no se cumplan. Hay que ser pacientes e ir aplicando las soluciones poco a poco, para que el proceso de cambio se dé de manera natural.
- Poner en riesgo la seguridad. La falta de tiempo o de dinero no puede hacer que se ponga en riesgo la seguridad de nuestros datos y sistemas. No descuides las medidas básicas de control y protección. La ciberseguridad es una pata imprescindible en la transformación digital, por lo que también debe estar presente en el proceso.
- No formar a los diferentes departamentos y empleados. Todas las áreas de la empresa deben estar involucradas, ya que es un cambio en el modelo de negocio. Absolutamente todos los empleados deben recibir formación en las herramientas y soluciones, así como en las nuevas metodologías de trabajo. Si no enseñas a los equipos a desenvolverse con la tecnología que les ayudará a realizar x tarea, lo más probable es que no la usen o se agobien. Esto, claramente, no es eficiente, por lo que únicamente formándolos se conseguirá rentabilizar la inversión.
- No pensar en el cliente. Otro error bastante grave es no poner al cliente en el centro de la estrategia. Éste se va a ver directamente afectado por los nuevos procesos y aquí lo importante es lograr mejorar sus necesidades. Ponte siempre de su lado para ver si la comunicación que vamos a tener con él a partir de ahora es fluida, cómoda e intuitiva para él. También puedes hacerles encuestas de satisfacción para ver si tienen algún problema, no entienden algo o están contentos. Hay que adaptarse al mercado, pero también al cliente.
- Imitar a la competencia. Es importante espiar a la competencia, pero hasta cierto punto. Cada negocio es único, por eso es un fallo copiar la digitalización que han llevado a cabo nuestros competidores. Está bien coger ideas, pero no se debe medir nunca así. Tu forma de trabajar y de ofrecer tus productos y servicios requerirá de una serie de soluciones que en muchos casos no se asemejan a tus competidores directos. Fíjate siempre en tus necesidades, en qué se puede mejorar antes de implantar la tecnología que otros tienen.
- No contar con la ayuda de un profesional. Realizar el cambio sin tener la ayuda de un experto puede salir muy caro. Es normal sentirse perdido, pero la solución es tan simple como contar con el apoyo de un profesional que analice el estado de madurez digital del negocio. Además, acompañará a la compañía en sus siguientes pasos para que la integración de la tecnología y el aprendizaje de las personas se desarrolle para que, desde su inicio, sea efectivo.
Conclusión
Estos son algunos de los errores que se suelen cometer, pero, si se hace bien, el impacto positivo que la transformación digital genera en las compañías es innegable. Todo cambio para bien implica dudas, riesgos y desafíos, pero los resultados los acaban compensando. Además, en un mundo digital y globalizado, quien no evoluciona está sentenciado.
“Hagas lo que hagas, hazlo bien. Hazlo tan bien que cuando la gente vea que lo haces, querrán volver y verte hacerlo de nuevo «.
Walt DisneY